Encontré este post en elfanzine.tv y se me hizo chistoso recordar la música que escuchábamos antes y los gustos culposos que alguna vez tuvimos y seguimos teniendo…
Suéltese el pelo y déle play al soundtrack personal
Dicen por ahí que eres lo que comes, nosotros pensamos que no sólo eso, eres también lo que ves, lo que tocas, lo que saboreas y por supuesto, lo que escuchas. La música juega un papel fundamental en nuestra identidad, de alguna manera es un indicador de cómo somos, a través de ella nos relacionamos con otros y sobre todo, nos permite darle sentido a espacios y momentos, haciéndolos nuestros, habitándolos y asignándoles un valor emocional que hará que se queden grabados en nuestra memoria.
En suma, nuestra banda favorita y aunque nos aferremos a hacer como que la virgen nos habla en ruso, también nuestros gustos culpables son un punto de encuentro tanto de subjetividades como de sensibilidades. Un alumno de Wendy Fonarow, antropóloga de la UCLA, le dijo una vez que la música era su origen étnico y esto le prendió el foco, dando lugar a algunos de sus estudios sobre cómo la gente busca a otras personas que tienen ideas afines no necesariamente basándose en su lugar o comunidad de nacimiento sino mediante sus preferencias estéticas pues estas se han convertido en parte fundamental de la identidad. Aunque no podemos suponer que la experiencia de escuchar sea la misma de una sociedad a otra, de un grupo de fans a otro o de una época a otra, entrar en contacto con las canciones que escuchaban nuestros abuelos o incluso, las que nos gustaban cuando éramos niños guarda un aire emotivo y nostálgico que de alguna manera nos transporta o ayuda a revivir otros tiempos.